Los Orígenes del Mundo – Ovidio


Orígenes del Mundo.

Ovidio escribió en el siglo I a.C.

Es mi propósito escribir acerca de los cuerpos que han sido transformado en otros de apariencia diferente. ¡Oh dioses! Puesto que habéis sido responsables de esos cambios, sedme propicios en mi empresa y llevad sin interrupción este poema desde los más remotos orígenes del mundo hasta nuestros tiempos.

Antes de que existieran el mar, la tierra y esa cobertura de los cielos que se extiende por doquier, la naturaleza ofrecía el mismo aspecto en todo universo: es lo que los hombres denominaron Caos, masa informe y confusa, peso inerte en el que se depositaban indiscriminadamente juntos y sin ajustamiento alguno los elementos primordiales de las cosas. Ningún Titán iluminaba todavía el mundo con su luz, ni la luna creciente henchía aún sus cuernos, ni la tierra se balanceaba girando en el éter por el impulso de su propio peso, ni Anfitrite extendía sus brazos a lo largo de las costas de las costas y riberas. Aunque allí estaban los elementos de la tierra, el mar y el aire, la tierra carecía de firmeza, el mar de fluidez y el aire de luz y brillo. Ninguno de ellos tenía forma definida y cada uno interfería estorbando el desarrollo de los demás. En una única mezcolanza agitábanse el frio y el calor, lo húmedo y lo seco, lo muelle y lo duro, lo ligero y lo pesado.

 

Esta pugna fue a la postre resulta por un dios, por una fuerza natural en ascenso, y que separó la tierra de los cielos, y las aguas de la tierra y estableció el aire limpio por encima de la atmósfera más densa. Y una vez que liberó los elementos sacándolos de la masa en que confusamente yacían, asignó a cada uno un lugar diferente y los vinculó entre sí con armoniosos y concordes lazos.

Publio Ovidio Nasón, «Las Metamorfosis». Ed. Porrúa. México DF, 2003

Acerca de Rodrigo Pérez

Magister en Historia Mención Historia Universal
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